Soy Óscar Vilca, ilustrador naturalista que viaja para pintar y pinta para conservar. De niño, vivía un par de cuadros del Museo del Historia Natural. Era para mí un lugar recurrente.

A veces hasta me iba solo, me iba caminando, entraba, veía, jugaba en el museo y me regresaba a mi casa. Como quien se va al parque a jugar, para mí el museo era algo cotidiano. Yo era un hombre de ciudad, que subía a la Sierra de Lima y le daba soroche y viajar de verdad no era algo que necesitara.

Pero dentro de la Facultad de Arte de la Católica, conocí gente viajera y yo me apuntaba con ellos. Cuando terminé la universidad, voy a estudiar a Bellas Artes. Mi tema de trabajo era la ciudad.

Yo pintaba los techos, las azoteas, los micros. Pintaba con espátulas. Los cuadros eran grandes.

No tiene nada que ver con lo que hago ahora. Hasta que tuve una invitación, los amigos de Inkaterra me preguntaron si podía hacer un dibujo de una mariposa. Para unas guías que ellos iban a hacer, tuve que ir al Museo de Historia Natural a ver algunas especies. Y luego esas mariposas, me piden que dibuje aves. Jamás en mi vida había dibujado aves. Me envían a Tampopata.

Y recuerdo ese día, estoy ahí, en la canoa, con unos binoculares prestados, con una cámara que no servía mucho, pero mi tablero, mis colores, y buscando aves. Y descubro ahí que ese era el trabajo que todo mi vida había buscado. Fue una revelación.

La científica trata de representar las especies tal tal como son. Sirven para identificarlas, ¿no? Nosotros, dibujamos a la especie, tenemos que representar a toda la especie en general. Cuando trazas una foto, la foto, de acuerdo al momento que fue tomada, puede cambiar mucho el color de la especie.

Y la idea es que nosotros representemos toda la especie y en el dibujo naturalista, en el dibujo científico, no hay posibilidad de error. Yo creo que la diferencia de nosotros, los que nos dedicamos a la investigación naturalista, es que no solamente trabajamos con fotos. Tenemos que ir al campo, tenemos que ir a ver las especies, tenemos que ir a retratar el lugar donde vive, para luego venir al taller y dibujar.

Siempre para ir al campo es importantísimo ir con binoculares. Viajar siempre con las cámaras, ¿no? Una compacta, que no necesita ponerle lente, que es solo disparar y con el lente más… con el telezoom, ¿no? Y empiezo a trabajar, ¿no? Pongo el acto, pongo todas las imágenes capturadas, no puedo trabajar con una foto. Tienen que ser muchas imágenes, la información que me da el investigador, la información que yo encuentro, para lograr hacerles la especie que me han pedido.

Porque existen sus especies, y a veces por el color del plumaje, por ciertos detalles muy pequeños, uno puede cometer un error y hacer el trabajo mal, ¿no? El trabajo me exige a mí que tenga materiales de todo tipo. Algunos dibujos los hago con acuarela. Colores, tengo quinientos colores, creo. Trabajo con la supervisión de un especialista, ¿no? Ahora, hay que tener mucha paciencia. Son horas, horas de trabajo en las que estás sentado, cerrando, buscando información, viendo libros. Entonces, eso tienes que tener mucha humildad y siempre tener claro que uno no sabe, ¿no? Que siempre estamos aprendiendo.

Siempre me preguntan, Oscar, ¿y cuál es tu mejor obra? Hasta ahora no he hecho mi mejor obra. Quiero hacer un libro con los colibríes del Perú. Un libro solo de colibríes, pero no un libro que sea científico, sino un libro que sí va a tener información científica, pero que sea un libro para todos.

Que las personas, que los chicos puedan ver y puedan disfrutar del libro, de las imágenes, ¿no? Ese libro va a ser mi obra máxima, ¿no? Lo que hacemos nosotros es para eso, ¿no? Poner a la luz las especies que encuentran en peligro, ¿no? Ese es el trabajo que tenemos los ilustradores naturalistas, más con los conservacionistas, con científicos. Ser parte del equipo que trabaja en el libro rojo de fauna silvestre del Perú es un gran honor y una gran responsabilidad, ya que el uso de este permitirá saber el estado de amenaza en que se encuentran las especies y así trazar los planes que permitan su conservación. Como ilustrador naturalista, ser parte de este importante proyecto es un sueño cumplido.